El instrumento se adapta al músico, no al revés. La guitarra se convierte en una extensión del cuerpo del músico, generando el sonido que cada artista tiene interiorizado, que siempre anda buscando combiando como puede guitarra, efectos y amplificador. Cuando el instrumento es una extensión del alma del músico, la voz interior fluye en forma de música. Bienvenidos a la personalización extrema.
¿te vas a quedar sin una?