Cuack!!

Si le pedimos a un niño de diez años que nos dibuje una guitarra eléctrica, seguramente nos dibujará esta. La Fender Stratocaster es la guitarra eléctrica por excelencia, muy por delante de Gibsons, Rickenbeackers o cualquiera . Se ha colado en el inconsciente colectivo como ninguna otra. Su diseño y su sonido están clavados en nuestra cultura, y es el punto de partida del rock, aunque existan innumerables guitarras más preparadas que ella para rockear. Su comodidad, tecnología avanzada ( para su época ), y su versátil sonido, la hicieron la herramienta preferida de la mayoría de músicos de la mitad del siglo pasado. Cuando el rock se convirtió en cultura de masas, pasó a ser un icono más que un instrumento.
Hoy, en el siglo XXI, se trata de un instrumento terriblemente antiguo en cuanto a diseño y prestaciones. Pero tiene algo que lo hace especial. El sonido. Las posiciones 2 y 4 de su selector, el sonido de pato de la Strato, es quizás su mejor baza hoy en dia. Algo que las guitarras modernas y más tecnológicas aún no han podido conseguir. Su calidez, dulzura, su matiz casi orgánico, hace que la Stratocaster sea hoy en dia una herramienta imprescindible de cualquier músico profesional. ¿Para cuando una revisión del concepto? Un instrumento que permita obtener esos timbres, pero con las prestaciones que podemos tener hoy en dia en un instrumento diseñado y fabricado en el siglo veintiuno. El talón de anclaje del mástil infinito, el golpeador de plástico... ( de plástico!!), un puente imposible de llevarse bién con la afinación, una electrónica frágil y ruidosa... muchas características a revisar, si lo que buscamos es un instrumento profesional, sin necesitar respetar los diseños mejorables sólo por romanticismo. La tradición, es un punto de partida. Estad atentos, el pato hará cuack! con Santa Claus.